lunes, 2 de febrero de 2015

Saudade.



No sé cómo respirar.
Hacía tanto frío
Y sin embargo tú.
Un autobús te puso en mi vida
Y otro te arrancó de ella.
No puedo olvidar.
Me duele el pecho.
Se me corta el aliento
A cada paso que doy sin ti
Y siento que me voy alejando
Que te me vas yendo
Toco el viento
Como si se tratara de tus manos
Pero no.



Quiero soñarte feliz,
hablarte por dentro
entonces despierto y no hay nada.
Enséñame a tapar el vacío con parches.
Te prometo, lo he intentado
pero mi fuerza se fue con tu sonrisa.
Sigo contando tus lunares
también a distancia
los reproduzco en mi mente
y casi los toco.
Sufro los días pasar
buscándote en todos los lados
encontrándote sin buscarte
tropezándome con tus huellas,
nunca con tus pasos.
A veces sonrío
cuando recuerdo que tú 
me estás esperando justo al otro lado
de este maldito mar. 
Otras tantas tengo un nudo
en el centro de mi cuerpo
que multiplica los kilómetros por diez
y me deja destrozada en medio de suspiros
-no como los que tu causas.
Al caminar nos veo
riendo sin parar
hablando sin parar
amando sin parar.
Me veo ajena a los momentos
ya no están
"lo tienes que aceptar".
Pero dime cómo hago
para quitarme todo este peso.
Encontré la perfección
Era tu acento.
¿Y ahora?
Me han robado una vida
era nuestra.
Se ha puesto a nevar
y no es el tiempo.
Antes te pedía "quédate"
ahora solo quiero que vuelvas
porque sin ti
siento que vivo solo con migajas.
Tengo que matar a alguien,
se llama Ausencia.
Voy cayendo en espiral,
ayúdame a mirar
a sacarme todo el dolor de las venas
a secar las lágrimas al sol
a pensar en tus ojos como un camino.
Yo ya no quiero luchar
quiero vencer
contigo.

domingo, 5 de octubre de 2014

Whispers.




En el fondo yo también tenía miedo.
Dudaba.
Pensaba que mis manos eran demasiado delgadas 
para tocar todo tu cuerpo,

Que mi sonrisa no era lo bastante blanca, ni brillante
que mis ojos eran muy pequeños para que te perdieras en ellos
que todas mis inseguridades iban a salir de un momento a otro
o que tú las ibas a oler en medio del perfume.

No me atrevía a hablar, como siempre me pasa
Porque quería decir tantas cosas al mismo tiempo
que todas me parecía inútiles, inservibles, falsas.

No necesitaba hablar. Quería escuchar
Quería ver en tus labios al tiempo perdido
Mirarle bien y susurrarle que debía volver a empezar.
Quería comerme al tiempo, detenerlo para poder tenerte
Solo una noche. Una noche más.

Temía que descubrieras mi locura, toda mi pasión escondida
Que hicieras muchas preguntas sobre mi vida, cosas que no sabría cómo responder
Sin dejarte ver toda mi alma, no quería que la vieras.
Pensaba que te ibas a asustar de que fuera tan diferente al exterior.

Y supongo que al final lo hice. Te espanté.
Ahora tengo un corazón en dos mitades;
No entiendo por qué soy forzada
A presenciar otros amores, floreciendo
Mientras yo me quedo estancada en los finales

No sé que debo hacer con tus miradas
Si existe modo alguno de enterrarlas
Si podría de alguna forma olvidarlas
Quisiera poder gritarme a mí misma
Que es tiempo de hacer lo correcto
Pero ya ni para eso la voz me alcanza.

Desde que no estás aquí solo hay hielo,
Es insoportable el dolor
Las caricias han desaparecido
A veces me atraviesan impulsos
Y no hablemos de echar de menos.

Sigo buscando las respuestas
Y creo que por el camino ya he perdido hasta las preguntas
No me reconozco en el reflejo
Unos días pienso que he vuelto
Y en la noche me descubro imaginándote en mi cama
En mis sábanas
Haciendo todo eso que nunca hicimos
Hablando de las cosas que no fui capaz de decirte
Oyendo una vez más tus gemidos
Corriéndome al escucharte decir "te quiero".


***


"Do you remember how this first begun?
Teeth were white and our skin was young
Eyes as bright as the Spanish sun
We had nothing we could hide

Now my dear we are two golden leaves
Clinging desperately to winter trees
Held up here like a pair of thieves
While the sirens blare outside

What's left to say when every word's been spoken
What's left to see when our eyes won't open
What's left to do when we've lost all hope and
What's left to break when our hearts are broken
But sometimes..."

Golden Leaves - Passenger 











miércoles, 2 de julio de 2014

Instantes.

Toda la verdad,
Estaba escrita en tu piel,
Quise mostrártela,
Abrir las ventanas de tus poros,
Enseñarte cómo amabas,
Probarte tus pecados
Y cerrar los párpados al decir
Que a mí solo me importaban
Tus destrozos y tu sal.

Supe que eras tú cuando tus pupilas lo abarcaron todo, sitiando al temor que llevaba pegado en las costillas, deshaciendo de repente las cadenas de mis pies. La palabra 'libertad' se me grabó en los labios y no pude parar el deseo de mis dedos de encontrarse con tu pelo. La curiosidad espantó la rabia. El cielo gris que tapaba mi visión se hizo añicos en cuestión de segundos y el susurro de una voz jamás escuchada dio a mi respiración un torrente de esperanza, un montón de razones para un corazón que no las tenía. No hubo cabida para los noes ni para el autocontrol y es que tú tenías bonito hasta el nombre: mi amor. Supe que eras tú, y lo supe en un segundo, sin nisiquiera ser consciente de la rapidez con la que había ocurrido. Quizá aquello solo fuera pura atracción, pero después hubieron motivos. ¿Por qué me enamoré de ti? La respuesta no es más que la suma de tus partes que, como un puzzle, encajan y dejan formado algo inesperado y maravilloso. Si examinas las piezas individualmente puede parecer que no tienen sentido o que faltan bastantes, pero no es así. Tu tristeza era pura, no estaba intoxicada por el victimismo barato ni la conveniencia. Tu dolor era justificado. Tu carácter justiciero y pacífico se aunaban perfectamente bajo el disfraz de tus ideas. Tu risa contrastaba con tu facilidad para llorar. Tu simpatía dejaba en tablas a tu odio, que aunque arraigado, desaparecía tan pronto como cobraba fuerza. Ah sí, tu fuerza; el hilo conductor de todas las cosas, lo que no te permitía rendirte, lo que daba un magnetismo especial a tu mirada, ese no sé qué escondido en tus gestos.


Pero, sobretodo, esa forma de respirar en mi cuello que todavía me provoca espasmos de felicidad.








"If I could make days last forever
If words could make wishes come true
I'd save every day like a treasure and then
Again, I would spend them with you

But there never seems to be enough time
To do the things you want to do, once you find them
I've looked around enough to know
That you're the one I want to go through time with

If I had a box just for wishes
And dreams that had never come true
The box would be empty, except for the memory of how they were answered by you" 
(Jim Croce - Time in a Bottle)

viernes, 9 de mayo de 2014

"If you're not ready for love, how can you be ready for life?"

Hoy me duelen los ojos de mirar hacia atrás. 'Si pudiera quererte menos, te querría más' era el lema de mi vida. Me crucé con demasiadas copas rotas, con muchos niños perdidos, envejecidos por la maldad. Me encontré con la lluvia buscando el calor, me llenaron la piel de espinas blancas, me hablaron en silencio unos ojos que nunca me quisieron de verdad. Abracé los miedos de otros, siempre olvidándome de mi humanidad, creyendo que podía salvarles la vida a los demás, mientras la mía se hundía en un mar de angustias y sal. Me enamoré de los pasos huecos en pasillo, de los momentos que nunca viví, del sonido de aquellos gemidos que solo pude escuchar contadas veces. Me estrellé contra mi propia soledad y reinventé un mundo que no existía, donde las historias empezaban y acababan bien y el amor no se esfumaba tan pronto como el vapor. Discutí con mis piernas cuando solo querían salir a buscar lo que ya se había ido hacía tiempo, me aferré a los instantes que yo misma construía, secuencias repetidas en mi cabeza como una película antigua en color sepia. Hice como que los 'te quiero' que había susurrado -y los que no- estaban en otra realidad, demasiado lejos para tocarme, demasiado cerca para quebrarme. A uno de tantos esos niños le hubiese dicho algo como: 'ojalá no te hubieras perdido'; a otro le hubiese dicho que solo con abrir las manos yo veía el mundo. Amé, sí, amé, de maneras que pensaba que no existían porque nunca las había leído en ningún sitio. Amé odiando, ignorando, protegiendo. Quise a kilómetros de años luz y a metros de distancia. Adoré por las noches y al amanecer pensaba un vez más: 'eres lo peor de lo peor'. Busqué sin entender y cuando creí que entendía dejaron de buscarme. Quise, y dije 'recuérdalo siempre'. Luché por que una voz ajena no se quedara grabada en mis oídos ni fuese capaz de distinguir su figura en cualquier parte del mundo, a cualquier hora del día. Perdí. Ellos ganaron, les di oportunidades que no van a regresar y marcaron con fuego sus labios en mi cuello. Todavía ahora ahí están y el espejo me devuelve su visión envuelta en papel de regalo.

Ya decía Marwan que "el pasado es una chica a la que no hay que desvestir"... Si lo haces se abre la caja de Pandora y todo sale a la vez, descontrolado y preciso, dispuesto a clavarte el puñal en el centro del estómago para que esta vez no puedas volver a encerrarlo. Es una lucha continua el vivir, el pelo que nos cae y las arrugas que nos crecen no son más que recordatorios, souvenirs de lo que hemos pasado. Esperamos, siempre esperamos, que algo venga y nos cambie por completo, incluido todo aquello que un día fuimos. No nos damos cuenta de que eso no ocurre de repente, ocurre todos los días. Si miramos el pasado vemos muy poco, pedazos de una vida filtrada, recuerdos borrosos y una mezcla entre lo que fue y lo que quisimos que fuera y nos cegamos ante el presente, convirtiéndolo instantáneamente en pasado, posponiéndolo para crear un futuro, marchitando esperanzas por dentro para no decir eso de 'me ha vuelto a pasar' o arriesgándonos demasiado, hablando más de la cuenta, haciendo huír a los que no entienden y sintiéndonos absurdos y fuera de lugar. No me gusta pensar que somos inútiles nadando en un río que nos arrastra todo el tiempo hacia abajo, pero realmente lo somos y lo único que nos queda es intentar que el viaje no nos mareé demasiado con frustraciones y penas irresueltas e improductivas.  
No se puede vivir de nudos en el estómago, lo mejor es siempre deshacerlos, liberarse, encontrar un equilibrio, dejar que las cosas se disuelvan y cada día sea un día enteramente nuevo, como si las sonrisas que un día entregamos a alguien no se hubiesen ido a parar a un cubo de basura. Como si pudiésemos apretar un botón y renacer,  prepararnos para volver a querer.


"Give me all your love now
'Cause for all we know
We might be dead by tomorrow
I count
Going wasting my time
Adding scars to my heart
'Cause all I hear is
"'I'm not ready now'"
We Might Be Dead by Tomorrow - Soko 

jueves, 27 de marzo de 2014

Vulnus.


Nadie sabe,
Que tras todo lo que ven,
Tras las clavículas marcadas
Y estos ojos tristes,
Se esconde una herida.
No sangra, pero no cura.
A veces
Anestesian el dolor otras personas,
Con su calor, su proximidad o su risa.
A veces
Si me late fuerte el corazón
Parece que ya no está.
Pero ahí sigue, callada, marcada.
Sin motivo de existencia,
Ni diagnóstico real.
No discute ni protesta.
Cuando de repente yo la agrando
Piensa que se hace más fuerte,
Que al final me ganará
Que seré solo una herida andante,
Sin cuerpo, ni mente, ni vida.
Solo dolor y desidia.
Pasado e inercia. 


Foto: Sadrainbow.
 Todo se me presenta ante los ojos como una sucesión de esquemas repetitivos marcados hace mucho. Cuando algo ocurre siempre sigue el mismo patrón; luego el tiempo parece que lo entierra en sus profundidades y sin previo aviso vuelve a surgir, de manera disimulada, pero exactamente con el mismo efecto y las mismas consecuencias. No es la locura la que hace que mi visión sea tan precisa. Los caminos están ya trazados y estamos condenados a repetirlos aunque en el "mientras tanto" pensemos que esta vez hemos tomado la dirección correcta. Absolutamente todo se repite y te deja tirado en la cama con esa sensación de déjà vu pintada en la cara y una pregunta en los labios. Acabaremos igual que vinimos, sumidos en la oscuridad de una caja donde no corre el aire ni tenemos posibilidad de salir sin ayuda. Somos historia antes de empezar a escribirla y no podemos luchar contra nuestros propios vacios de la misma forma que no podemos saltar hacia abajo; la herida, algun dia, nos arrastrará a todos.



"Got up & dressed up,
and went out & got laid,
Then died and got buried
in a coffin in the grave, Man - 
Yet everything is perfect,
Because it is empty,
Because it is perfect
With emptiness,
Because it's not even happening.
Everything is ignorant of its own emptiness,
Anger doesn't like to be reminded of fits"

domingo, 9 de febrero de 2014

Back to reality.

Te habías ido lejos, muy lejos. Casi, casi, a otro país. Yo sentí que vomitaba hasta las entrañas aquel día que amaneció sin ti. No me bastaban las llamadas, el pesar se me acumulaba a la espalda. Aquellas conversaciones no zanjadas, las cosas que nunca te dije, se me quedaban cada vez en la punta de la lengua. No eran más que palabras aterrorizadas de causar huracanes a distancia. Yo pensaba, te pensaba, te inventaba frente a mí hablándome de arte, de política, de justicia. Te imaginaba con tus ojos fijos en mi boca, con tu rostro escondido en mi hombro, con tus dedos en los míos. Me quejaba, aun en silencio, porque me moría de celos y rabia pensando que en aquel lugar también había sol, que el sol se reflejaría en tu piel, y que brillarías, porque siempre lo hacías. Y dime, ¿qué derecho tienen de verte brillar? ¿Por qué ellos pueden y yo debo hundirme en mi cama, cerrando las ventanas para no pensar que cualquier otra persona podría ver el abismo de tus pupilas bajo un cielo estrellado? Los días eran largos suplicios y las noches se tornaban en reflexiones e insomnio; leía a Pasternak y a Dostoievski por turnos para que no me hirieran demasiado adentro sus conflictos. Tú me hablabas, a veces con ilusión, de las cosas que veías y hacías y yo, trataba de alegrarme, de fingir que me alegraba o de decirte, por fin, lo que de verdad sentía. Me debatía entre lo que era lo correcto y lo que me corría por la sangre, pero ¿cómo explicar tantas cosas, tanto susto, tanto frío? Era Junio. Los presentimientos me abrazaban cuando, al fin, mis ojos se cerraban cansados de mirar espacios que no te contenían... y los sueños, bien lo sabes, dejaron de serlo. No pude decirte que me alegraba de que fueras feliz lejos de mí, ni que me moría por pasar otra tarde leyendo a tu lado, ni que habría cambiado Barcelona por escaparme contigo. No pude porque no tuve suficiente voz, porque me quedé afónica cuando subiste al coche sonriéndome y diciéndome adiós con la mano, porque me había acostumbrado a la calidez de tu pelo y a la brisa de la playa en verano y ya no me quedaba nada.

Un día te llamé, no me cogiste la llamada. Volví a llamar, desesperada. Pi-pi-pi. Miré mi móvil: aquella maldita máquina era lo único que me conectaba a ti, ¿qué iba a hacer ahora? Cuando volví a llamar, el móvil estaba apagado. No me lo podía creer. Ya estaba planeando cada palabra mortífera que iba a decirte cuando llamaste al día siguiente diciéndome que estabas abajo, esperándome. Recuerdo que un día te dije "ojalá volvieras antes", y lo hiciste. "No podía estar más sin ti" fue toda la explicación que me hizo falta para olvidarlo todo, quizá demasiado.

 Aquello, en realidad, y todo lo que vino después, era necesario. No se ha de amar sin exponerse al dolor, sin que te abrase y te consuma, porque entonces amarías sin miedo y eso implicaría no tener conciencia de que puedes perderlo todo en un instante. Aquel verano no fue el mejor de nuestra(s) vida(s), pero fue el que le dio sentido a muchas cosas. Yo aprendí a perdonar, algo que había olvidado por completo y que juré no volver a hacer jamás. Tú aprendiste a querer bien, o al menos, a intentarlo. Mi orgullo se apartó un poco y tus muros se diluyeron enteros. A veces las lágrimas no son en vano, y permanecen como surcos en la piel, recordándonos nuestra capacidad de fallar, de temer, de destruir. Pero también nos recuerdan que se puede sonreír llorando.


"I didn't want to be the one to forget
I thought of everything I'd never regret
A little time with you is all that I get
That's all we need because it's all we can take (...)
I wanna take you to that place in the Roche" 
(Instant Crush - Daft Punk ft Julian Casablancas)

domingo, 12 de enero de 2014

مكتوب



Qué rápido se esfuman los sueños, 
si son los nuestros.
Un día empiezo a soñar
y al siguiente ya lo estoy viviendo.
Otro día más y ya se aleja
corriendo calle abajo.
Qué bonito sería vivir para siempre 
perdiéndonos en la judería,
teniendo tan cerca el arte milenario del pasado,
quedándonos anclados en los días
 que no pudimos vivir,
reescribiendo las páginas de un libro
 que a alguien se le olvidó escribir.
Qué bonito sería pasear por el puente romano cada noche,
perderle el miedo a las alturas 
-también a las de tus ojos-,
tirarnos al río sin pensarlo demasiado,
caminar de la Mezquita al Alcázar
 con los ojos cerrados,
quemar el invierno desde una simple habitación.
Qué bonito sería que pudiésemos vivir solo de ciudades,
alimentarnos solo de palabras, comer solo la piel del otro,
hablar únicamente de anocheceres irreales,
 cambiar la rutina en una vuelta de campana,
llegando a alcanzar lo que fuimos incapaces de sentir,
el viento que no llegó a tocarnos,
el agua que no nos caló los huesos,
las guerras que no combatimos,
la vida más allá de la nuestra.

Porque siempre, siempre nos quedará el Sur, cuando perdamos el Norte.

Foto: Sadrainbow.

martes, 17 de diciembre de 2013

"And in immense perdition sinks the soul"


Todo se llenó de árboles y se tiñó de rojo. Casi no podía avanzar, no veía lo suficiente y solo oía mis pies resonando en la tierra, muy, muy abajo. Y aunque no había cielo y era probable que alguna sombra me estuviese acechando yo solo podía pensar en cuánto camino faltaría para que las cosas -el mundo, los días, el aire- dejaran de sangrar. Sus silencios volvían, y me envolvían con un manto terrible de asfixia que hacía que las cosas parecían todavía más inútiles. ¿Dónde se fueron las risas? Yo nunca supe quedarme demasiado rato riendo como si perdiera el sentido, porque mi sentido se perdió en los lunares que llenaban de ciudades tu espalda. Como tantas otras veces, la luna también callaba; me miraba desde arriba y se reía porque ella podía verte y mis ojos ya estaban cegados de tus noches. ¿Alguna vez exististe? Con el paso de los amanaceres he perdido la cuenta de los besos que nos dimos, tanto que ya no sé si fueron besos, si ocurrieron, si tú ocurriste o solo te divisé entre mis sueños y mis pesadillas. Y allí, en aquel suelo húmedo, volví a recitar aquel poema que escribí y aprendí desde la sangre y no de memoria:



Yo, que me entretenía jugando con las nubes,

Porque sabían a tu piel.

Yo, que me quedé parada en un semáforo en verde,

pensando que eran sus ojos.

Yo, que partí por la mitad mi dignidad para que tú me dieras,

 tan solo, un beso más.

Yo, que convertí el agua en vodka en cada noche

 de tormenta que tuve que pasar sola.

Yo, que completé en mis sueños nuestra historia

y desperté acostada con la mentira.

Yo, que vi como me clavabas el cuchillo por la espalda

y en lugar de quejarme te follaba.

Yo, que te lloré en cientos de lugares donde nunca he estado

 y se me hizo de día buscándote en ellos.

Yo, que llené todos los armarios con tu imagen desnudo,  le eché el pestillo

 y un día el viento los abrió todos de golpe.

Yo, que aún a mil años luz de ti sigo oliéndote en cada flor de azahar.

Yo, que dejé en ridículo a la lluvia de tanto enloquecer por ti.

Yo, Tú. Tú. Yo.

Tú, que empapaste mi vida de daños sin prejuicios

 y saliste absuelto y con gloria.

Tú, que como si nada te quedas en donde debías estar.

Muy lejos.








Fotografía: Sadrainbow
Añado un video de la última entrada:

 

martes, 19 de noviembre de 2013

Catástrofes no naturales que hacen acto de presencia en días llenos de trenes y lluvia.

Desde entonces la ciudad estaba llena de zonas cero. No podía pasar por lugares donde no hacía mucho tu voz aún se dirigía a mí. Entraba en estados nerviosos semejantes que acababa perdiendo el sentido y no sabía cómo regresar a casa. Más tarde comencé a odiar los coches negros, no importaba que no fueran tu modelo. Veía uno y el mundo se paraba trayéndome a la memoria aquel momento en que bajaste mi calle y abriste la puerta invitándome a entrar en tu mundo para luego expulsarme sin piedad. Luego ni siquiera podía mirar a nadie que tuviera el mínimo parecido físico a ti: odiaba los ojos oscuros, las espaldas anchas y las risas infantiles. Me di cuenta de que estabas por todos lados, siempre conmigo, aunque en realidad ni siquiera podía imaginar dónde estabas, con quién y haciendo qué. Pero aquel castigo constante de acordarme de ti me hacía sentirme menos sola. Algunos días te culpaba de todo hablándole a las paredes como si fueran a contestarme, o como si tú fueras a salir de una de ellas a pedirme perdón. Otros días me deprimía tanto que cerraba todas las ventanas y bajaba las persianas para que la noche no entrase en mi habitación. Tú eras tan noche que solo el perfume de ella ya te traía otra vez a mi lado. Y otros días, los peores, me decidía a olvidarte y salía como si nada hubiese pasado, como si tú no hubieses roto todos los muros e incendiado las ruinas. Y al final me acostumbré a vivir así, contigo pero sin ti, soñándote de día y de noche en un bucle de tiempo que nunca termina porque pensaba que era la única manera en la que podría estar junto a ti una y otra vez, una y otra vez. Para siempre.
 
¿Recuerdas? Te dije "pídeme un deseo" y no supiste contestar. Ninguno de los dos cumplía las expectativas del otro; yo era demasiado seria, tú eras demasiado niño. Y cómo me gustaría poder decir que aquellas noches (mal)gastadas no lo fueron, que los bloques de hormigón con los que me cubriste y me encerraste no eran más que aire, que todo lo que hubo entre nosotros fue bonito. Cómo me gustaría poder decir que aún lo eres todo, o que nunca fuiste nada. Pero a veces el silencio dice más que mis palabras. 

SILENCIO 

"We are what we remember"... Será mejor si empiezo a borrarte de las miles de páginas que grabé con tu nombre, de las cientos de miles de huellas que dejaste en los poros de mi piel. Porque no, tú no fuiste para nada aquello que soñaba en estaciones desiertas ni en días vacíos. Fuiste muchas cosas, es cierto, muchas excepto tú mismo. Y aquí ya no, ya no hay lugar para los fantasmas. Se acabaron los borrones y las cuentas.





"De qué me sirve esperarte si me entra el sueño y no hay más
que un circo triste y cobarde que no quiere regresar.
Te veo en cada gaviota aunque no sepa si hay mar.
Detrás de cada pareja, no tengo con quien bailar.

Desnúdate que hay tormenta y llueve por no llorar.
Juré contar nuestra historia, nunca decir la verdad.
Te llevaste mi memoria. Juraste no regresar.
Te veo en cada gaviota.
Juré contar nuestra historia...
"
(Andrés Suárez - Benijo)

martes, 8 de octubre de 2013

Autodestrucción. Diálogos de cama.

-Es verdad, me dabas miedo. Nunca sonreías, nunca hablabas, observabas las cosas como si fueras una estatua, casi sin moverte. Tu expresión no era natural, como si siempre llevases una máscara encima que cubría tu lado humano. No sabía qué hacer para que reaccionaras, pensaba cosas tan tontas como que me gustaría oírte gritar o hacerte reír a carcajadas. Hacías el mismo ruido que un gato al caminar, a veces aparecías y yo ni siquiera te había oído llegar. No podía definirte, y eso me mataba. No podía decir que te conocía porque no era cierto. Supongo que nadie te conoce; saben cómo te llamas, dónde vives, cómo vistes, pero no saben cómo sientes. Imagino que crees que nadie puede comprenderlo pero... Ahora que estás aquí, ¿qué tal si lo intentas?
-¿El dolor puede vomitarse? Porque si no es así, veo difícil hacer cualquier otra cosa.
-¿Has estado llorando?
-¿Y a ti por qué te importa? Más bien, ¿qué puede importarle a alguien si lloro o si destrozo mi vida, si cambio de opinión cada dos segundos o si me encierro en mi misma eternamente? No es de vuestra incumbencia. 
-Solo pretendo conocerte.
-No puedes conocer un alma que está rota y no sabe por qué ni desde cuándo. Nadie puede hacerlo. Y no sé si será por eso o por qué otra cosa, pero no me apetece hablar con nadie de banalidades mientras intento aclarar de alguna forma todo lo que pasa por mi cabeza, pensamientos que no puedo controlar. ¿Sabes cómo se siente ser invisible? No consigo comprender por qué algunos me ven y otros no, aunque quien me ve ni siquiera ve la mitad de lo que soy. Pero en realidad, no es eso lo que me importa. A mí solo me importa que mi dolor no puede descifrarse, ni explicarse, ni hay forma alguna de acabar con él. Lo escondo una y otra vez pero vuelve a aparecer, a veces sin motivos. Y al mismo tiempo me invade una rabia inhumana por la humanidad que me aterroriza con su crueldad, incluso la gente más educada me parece totalmente inadecuada. No estoy en el lugar correcto, eso es todo. Este no es mi lugar. Mi mundo debe estar, como muy cerca, en Plutón. Y no te miento si te digo que me gustaría partirme en mil pedazos y esfumarme de verdad, aunque me perdiera un millón de cosas. Pero siempre hay una fuerza ajena a mí que me empuja, y no sé para qué. ¿Qué es mi vida? me pregunto una y otra vez. Hay quien cree en Dios y eso le ayuda a encontrar un camino; yo suelo creer en mí misma, pero a veces tengo crisis de fe y son terribles.
-Dime de qué forma vivirías tranquila...
-Viviría, simplemente, si todo el mundo tuviera un corazón que funcionara para algo más que para bombear sangre. Dejaría de sobrevivir si dejaran de importaros el dinero y la soberbia y valorarais por encima de todo la inteligencia, incluso antes que la simpatía. Viviría si alguien pudiera comprender por qué vivo así y cuál es mi punto de visión, mi perspectiva.
-Quiero compartir tu perspectiva desde que te vi.
-¿Y cómo voy a creerte?
-Porque nadie está tan loco como para querer conocer a alguien como , solo otro loco.
-¿Enserio quieres autodestruirte?
-Con mucho gusto me autodestruiré contigo. Solo puedo pensar en la forma de abrir todas tus heridas, ver cómo sangran y curarlas con mi saliva, dejar que cicatricen y morirme en tu piel mientras tú me olvidas. Sacude mis días, yo prometo remplazar tu dolor por caricias. 
-Es cierto, estás loco.



"La distancia cuando es cero duele más, protegidos de la radiación solar. Todas esas caras me hacen vomitar, nadie quiere que le digan la verdad. Mi traje oxidado se pudre en tus manos. Yo quiero mi disfraz, poder disimular, romperme a cielo abierto, morir en el desierto. Romperme a cielo abierto, morir en el intento. Tus recuerdos caben en una postal..." 
(Disfraces - Miss Caffeina)